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«Algunos son donostiarras, muchos guipuzcoanos, casi todos vascos. Es una elección caprichosa. No son sus biografías, porque para eso ya están el BOE o el padrón: lo que va aquí es mi visión de ese paisanaje, mis retratos personales, porque es lo que puedo aportar que no esté ya en el Espasa. He conocido a esta gente y ahora pinto el retrato colectivo de una generación. ¿Por qué 101 vascos y medio? Porque los 101 personajes del libro son vascos en sentido amplio y el “medio” es Woody Allen: el paisano más cercano de cuantos desfilan por estas páginas. Aunque él naciera en Nueva York y yo en Gros. De Arzak a Atxaga y de Oteiza a Ainhoa Arteta, de Xabi Alonso a Odón Elorza y de Argiñano a Julio Medem. Y al final, Ibarretxe. Lo dijo Dalí, o Picasso, qué más da: si aún no se parecen a mis retratos, ya se parecerán». Mitxel Ezquiaga
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Nos hallamos en Marruecos, en la década de los 90. Selim, como muchos otros jóvenes magrebíes, desea abandonar Marruecos, que se antoja mortecino, para ir al rutilante París. Allí se encuentra su Meca. En su viaje, probará la miel y la hiel: la miel, de la mano de Esther, una chica de Vitoria; la hiel, al conocer la cruda realidad occidentral. Tres voces nos narran la historia de Selim: una, la del propio joven magrebí; otra la del Esther; en tercer lugar, la del guía que, en aquella época, ayudaba a cruzar la frontera por el monte a quienes se lo pedían. Una única historia narrada en tres géneros: relato directo, diario y reportaje. Tres voces y tres géneros para una historia de dolorosa presencia en nuestra vida diaria.
El autor defiende la idea de que el origen del malestar de la política democrática está asociado a tres hechos: a la complejidad y a la incertidumbre que mueven el mundo contemporáneo; a la crisis de los supuestos sobre los que se asentaron las definiciones modernas de la política –especialmente la estabilidad del Estado-nación y la idea y la práctica del bienestar–; y a los nuevos problemas, no previstos o no resueltos, que impregnan la vida cotidiana de nuestras sociedades, como la crisis del mito de Occidente, la emergencia de nuevos modelos de modernización económica, la regionalización política, las nuevas formas de exclusión social, los efectos del multiculturalismo, el agotamiento de los tradicionales mecanismos de control político… Y todo ello en una época en que las ideas han de surtir efecto en el difícil territorio limitado por el ejercicio de la libertad, la necesidad de seguridad y las identidades, creadas, éstas, con ánimo de fundar, en ocasiones con materiales poco consistentes, una comunidad segura capaz de reestablecer el equilibrio psicológico y social allá donde éste aparece como imposible.
«Esta novela construye su lección sobre el dolor de la memoria y el drama de una identidad indeseable, quizá la de cualquiera de nosotros». [Jordi Gracia en 1001 libros que hay que leer antes de morir] En una región ignota, perdida entre las brumas de la Edad Media, el baronet Otto Pette vive entregado en cuerpo y alma a la siempre difícil tarea del olvido del propio pasado, labor tanto más ardua en el caso de alguien que, como el baronet, ha cruzado hace tiempo, desengaño a desengaño, la tenue frontera del escepticismo. En efecto, si en otro tiempo su mano empuñó con fiereza las riendas del poder, sus recuerdos acuden a él con idéntica saña, para robarle la placidez de su último retiro, al que la frustración lo ha empujado tras sufrir en propia carne los avatares de un cambio político a cuyo origen él no es en absoluto ajeno. Pero no sólo los recuerdos le dan alcance en su refugio: un desconocido llama a la puerta de su mansión y entabla con el una suerte de duelo en el que la memoria es la primera arma, aunque no la única…
Jaca, diciembre de 1930. El capitán Galán y sus soldados se levantan en favor de la República. El capitán pagará con su vida no saber sabido cuándo alargar el paso. Zarautz, 1960. El fraile que creó y dirige la Escuela Profesional espera al coche que ha de llevarlo a Madrid. Va a recoger el premio que Franco ha concedido a la Escuela, y lleva en sus manos un inquitante regalo parael dictador. Entre quienes lo rodean, algunos piensan que el paso que se dispone a dar es excesivamente largo; otros, por el contrario, lo consideran demasido corto. A medida que avance la novela, sabremos que el fraile de Zarautz es uno de los sublevados con Galán... En Cuándo alargar el paso, Egaña lleva a lo más alto su maestría para la sugerencia y la ironía.
El 10 de septiembre de 1986, en Ordizia, su pueblo natal, María Dolores González Katarain “Yoyes” caía asesinada en presencia de su hijo de corta edad. ETA y sus adláteres lanzaban así una clara señal a todo aquél que, de una u ora forma, se planteara el abandono de su disciplina, o peor aún, como en el caso de Yoyes, lo llevara a cabo abiertamente. El asesinato causó una honda conmoción en la opinión pública vasca, y cabe afirmar que surtió precisamente el efecto contrario al que los asesinos pretendían: muchas personas hasta aquel momento conniventes o incluso cercanas a los planteamientos de los asesinos se cuestionaron radicalmente su propia actitud política y vital, p...
Un hecho real: en plena Guerra Civil, un anarquista y un cura se compinchan para liberar a un arzobispo detenido por milicianos de la CNT.A partir de ah&í, el autor conduce la narraci&ón a trav&és de una trepidante concatenaci&ón de sucesos y ficciones que, oscilando entre la comedia y el drama, retrata con vivos colores el caos de la &época. El lector avanzar&á de sorpresa en sorpresa hasta un desenlace que le dejar&á una sonrisa en los labios y cierto sabor acre en la garganta.
En lo que hace al contencioso político vasco, el autor sostiene que tanto el Derecho como la propia sociedad reclaman profundizar en la democracia real y en la consulta abierta de las cuestiones constitucionales que afectan al País Vasco. Según la tesis que desarrolla el presente libro, ni el ordenamiento jurídico ni el todavía incipiente desarrollo constitucional europeo suponen freno alguno a la profundización de la democracia en los distintos contextos territoriales. Al contrario, una eventual Europa constitucional aceptará razonablemente toda fórmula jurídica y política que busque la resolución de los conflictos y la mayor garantía posible de los derechos de los ciudadanos, tanto individualmente considerados como en su vertiente colectiva. De hecho, el autor considera que derechos individuales y colectivos no son sino las dos caras de una misma moneda. El libro viene prologado por Miguel Herrero de Miñón.