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Para una valoración histórica y teológica del Vaticano II revisten gran importancia no sólo los documentos conciliares, sino también su recepción por las Iglesias locales, ya que de ellas depende en gran medida la eficacia de un concilio. El presente trabajo muestra la recepción de aspectos relevantes de aquel acontecimiento del Espíritu, que han ido configurando decisivamente el rostro de la Iglesia que camina en Vizcaya.
"Quiero presentar esta serie de manuales a todos los Agentes de Pastoral, al tiempo que los exhorto a que los aprovechen en su crecimiento personal y , sobre todo, los promuevan en sus comunidades, para que cada vez haya más Agentes de pastoral que tengan bien cimentada su formación espiritual, humana-comunitaria, doctrinal y pastoral-misionera, según la inspiración del Documento de Aparecida” - Norberto Cardenal Rivera Carrera Arzobispo Primado de México
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Un estudio documentado histórico sobre el concepto de la "Iglesia de los pobres" en los últimos 50 años desde el Concilio Vaticano II. La idea de una "Iglesia pobre" y "para los pobres" es esencial en el Evangelio y una de las claves del nuevo papado. La cuestión de la pobreza ha tenido una recepción defectuosa en la Iglesia posconciliar, sobre todo en el contexto occidental del primer mundo. Con frecuencia, el concepto "Iglesia de los pobres" se ha asociado negativamente al marxismo y se ha desplazado del acontecimiento conciliar a la Teología de la liberación. Sin embargo, no podemos hablar de falta de sensibilidad hacia la pobreza por parte del Concilio, ya que sus pasajes son muy ...
La elección de Francisco, el 13 de marzo de 2013, no solo cambió el paisaje de la Iglesia, sino también el debate sobre el Vaticano II. Es el primer papa posterior al Vaticano II que no participó en él, se formó durante el Concilio y el primer posconcilio, y fue ordenado sacerdote en 1969. El hecho de que Francisco menciona el Concilio con prudencia y, a menudo de forma indirecta, renunciando a las intervenciones papales en el debate sobre la hermenéutica conciliar, no debe dejar ninguna duda sobre la calidad conciliar de este papa y de su pontificado
¿Cuál ha sido el movimiento histórico, latente o no explícito, que subyace a los eventos eclesiales de los últimos cincuenta años? Para responder a la pregunta conviene hacer un rapidísimo trazado de algunas realidades que jalonan el camino de la Iglesia en este medio siglo y que nos ayudan a situarnos en el momento histórico en que nos encontramos, tan nuevo y tan diverso de entonces, y tan necesitado, hoy como entonces, de la alegría del Evangelio. Este trazado se concreta en cuatro etapas entramadas sutilmente entre sí: la euforia del primer posconcilio tras el malestar bajo Pío XII; las contestaciones surgidas inmediatamente en el segundo período posconciliar; la restauración bajo Juan Pablo II y Benedicto XVI, y las expectativas suscitadas por el papa Francisco y los interrogantes sobre el futuro de la Iglesia. Si queremos mirar hacia adelante no es para soñar sueños vacíos, sino para hacer propuestas que tengan como referencia las riquezas que atesora el Concilio. Hemos de rescatar aspectos aún inéditos, quedan por explorar pronunciamientos y exigencias que alumbró aquel acontecimiento.